De Arizona a Yemen: cómo las bombas construidas por Raytheon en Tucson mataron a 31 civiles en un poblado yemení

Reportaje17 de diciembre de 2018
Image Credit: Jeffrey E. Stern

El jueves, en una votación histórica, el Senado de Estados Unidos aprobó una resolución que pide el fin del apoyo estadounidense militar y financiero a la guerra encabezada por Arabia Saudita en Yemen. Es la primera vez en la historia del Senado de Estados Unidos que se vota el retiro de las fuerzas militares de una guerra no autorizada mediante la Ley de Poderes de Guerra. La guerra encabezada por Arabia Saudita en Yemen creó lo que la ONU llama la peor crisis humanitaria del mundo: catorce de los 28 millones de habitantes de Yemen están al borde de la hambruna. Un artículo notable publicado en la revista New York Times esta semana rastrea cómo las bombas construidas por Raytheon en Tucson, Arizona, llegaron al arsenal saudita y después fueron arrojadas a los poblados yemenitas. El artículo gira en torno a lo que ocurrió el 10 septiembre de 2016 en el remoto poblado de Arhab cuando aviones sauditas respaldados por EE.UU. realizaron una serie de bombardeos. Según Human Rights Watch, al menos 31 civiles fueron asesinados, tres de ellos niños; 42 personas resultaron heridas. Para saber más de este tema, hablamos con el periodista Jeffrey Stern.

Transcripción
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AMY GOODMAN: En una votación histórica, el Senado de Estados Unidos aprobó una resolución el jueves pidiendo el fin del apoyo militar y financiero de Estados Unidos para la guerra liderada por Arabia Saudí en Yemen. Es la primera vez en la historia de Estados Unidos que el Senado vota a favor de retirar las fuerzas militares de una guerra no autorizada utilizando la Ley de Poderes de Guerra. La votación fue de 56 a favor y 41 en contra. Sin embargo, no se espera que la propuesta de ley sea aprobada por la Cámara de Representantes, al menos este año.

La votación tuvo lugar al mismo tiempo que en las negociaciones de paz celebradas en Suecia se alcanzó un acuerdo de alto al fuego en la estratégica ciudad portuaria de Hodeidah que está programado para entrar en vigor este lunes a medianoche. La guerra liderada por Arabia Saudí en Yemen ha creado lo que la ONU ha calificado como la peor crisis humanitaria del mundo. Más de la mitad de los 28 millones de habitantes de Yemen se encuentran al borde de la hambruna. Un informe reciente de Save the Children estima que 85.000 menores de cinco años han muerto a causa de desnutrición aguda provocada por la guerra.

Terminamos el programa de hoy hablando de un notable artículo en la revista de The New York Times de esta semana. Está titulado “De Arizona a Yemen: El viaje de una bomba estadounidense: cuando una bomba como esta explota, no sólo mata a la gente; la reorganiza”. El artículo muestra cómo bombas construidas por la empresa Raytheon de Tucson, Arizona, acaban siendo parte del arsenal saudí para luego ser arrojadas sobre las aldeas yemeníes, y se centra en lo que sucedió en la remota aldea de Arhab, cuando los aviones de combate saudíes, que cuentan con apoyo de Estados Unidos, llevaron a cabo una serie de bombardeos el 10 de septiembre de 2016, dos meses antes de las elecciones de 2016, cuando Barack Obama seguía siendo presidente. Según Human Rights Watch, al menos 31 civiles fueron asesinados, entre ellos tres niños, y 42 personas resultaron heridas. En el lugar del ataque se encontraron restos de bombas fabricadas en Estados Unidos.

Para más, nos acompaña el periodista que escribió el artículo, Jeffrey Stern. Stern, que escribió el reporte en colaboración con el Centro Pulitzer, es autor de varios libros, incluyendo “Los últimos mil: La promesa de una escuela en una nación en guerra”.

Jeffrey Stern, bienvenido a Democracy Now! Explique lo que halló en su investigación. Cuéntenos dónde está situada esta aldea de Yemen y qué ocurrió en ese fatídico día de septiembre de 2016.

JEFFREY STERN: Hola, es un placer estar con ustedes. Este era un distrito con algunas aldeas. La gente se había juntado para construir ellos mismos un pozo de agua. Esto ocurrió poco después de que el bloqueo y la escasez de alimentos hubieran comenzado. Y, francamente, necesitaban más agua, Y necesitaban que sus cultivos crecieran más. Esa es una zona muy seca. Es una zona volcánica en el norte de Yemen. Y la gente había reunido sus recursos para tratar de cavar un pozo. Y eso es algo bastante caro. La mayoría de esta gente se dedica a la agricultura de subsistencia, así que no les fue fácil reunir el dinero, pero juntaron sus recursos, y construyeron un pozo. Y el día en que el pozo… el día que el taladro golpeó el agua, los aviones aparecieron.

El primer bombardeo ocurrió temprano en la mañana. Una bomba cayó y mató a unas seis personas e hirió a unas cuantas más. Y más tarde, unas cinco o seis horas después, una vez que la gente se había reunido para buscar a sus seres queridos, para ayudar, para ver lo que estaba pasando, los aviones regresaron y estuvieron varias horas persiguiendo y lanzando bombas sobre la gente.

AMY GOODMAN: Explique quiénes eran esas personas. Quiero decir, este es un artículo bellamente escrito. Usted, Jeff, viajó allí, a Yemen, y fue a esta comunidad y conoció a las personas que sobrevivieron. Háblenos sobre ellas. ¿Quien murió? ¿Quien sobrevivió?

JEFFREY STERN: Había un hombre que poseía un pequeño… era un pequeño empresario. Era dueño de un equipo de perforación. Y era conocido por ser un hombre muy caritativo que a menudo perdonaba las deudas, porque muchas veces la gente no podía pagar por la construcción de un pozo. Y uno puede cavar y no encontrar nada, pero de todos modos eso cuesta decenas, o incluso cientos de miles de dólares. Ese hombre fue asesinado. Había un juez, un juez joven, que había estado trabajando en un tribunal de tráfico, que básicamente fue quemado vivo.

También hubo mucha gente que sobrevivió. Y una de las cosas que pudimos hacer, y la revista fue capaz de encontrar espacio para eso, es describir lo que supone tratar de obtener tratamiento para estas lesiones increíblemente traumáticas en un país increíblemente pobre, que a su vez es víctima de un bloqueo, lo que hace que incluso los suministros médicos más básicos no estén disponibles. Así que las personas que sobrevivieron tuvieron una recuperación increíblemente difícil. Y, francamente, algunos de ellos nunca se recuperarán. Incluso aquellos que continúan vivos ahora ya no pueden cultivar sus tierras. Están incapacitados. Es difícil de conseguir prótesis. Es difícil obtener tratamiento. Así que el efecto que tienen estas bombas, que están diseñadas para generar víctimas en un área lo más amplia posible, en personas que no tienen acceso a la atención médica básica, es realmente devastador.

AMY GOODMAN: ¿Puede hablar sobre la conexión entre este bombardeo, este ataque aéreo saudí realizado con bombas estadounidense que tuvo lugar en Yemen hace dos años, y la epidemia de cólera, la peor epidemia de cólera del mundo?

JEFFREY STERN: Esa es una de las razones por las que elegimos centrarnos en este ataque. Por supuesto que destruir un pozo de agua no crea una epidemia de cólera, pero sí el efecto agregado de golpear tanta infraestructura crítica, incluyendo pozos de agua e instalaciones de tratamiento de agua.

Otra cosa que es muy importante y que no recibe la atención adecuada, y sobre la que yo ni siquiera había pensado hasta que alguien lo mencionó cuando estuve allí, es que si sumas tus recursos y haces algo por tu comunidad, como cavar un pozo o construir una instalación de tratamiento de agua, y después sucede esto, aprendes la lección. Aprendes que construir un pozo de agua para ti mismo, o construir una instalación de tratamiento de agua para tu comunidad, o construir una fábrica, significa que estás atrayendo a los aviones de combate. Estás atrayendo esta increíble devastación. La gente estaba aterrorizada y traumatizada, y básicamente dejaron de hacer este tipo de cosas, dejaron de construir pozos. Entonces, en suma, lo que sucedió es que el número de personas que tenían una necesidad extrema de agua se disparó en ese momento.

Unas tres semanas después de que este pozo fuera bombardeado se reportaron los primeros casos de cólera. Y, por supuesto, un año después había un millón de posibles casos, en lo que supuso uno de los peores brotes de cólera registrados en la historia.

AMY GOODMAN: ¿Cuál fue la explicación que dieron los militares estadounidenses por bombardear una comunidad que estaba tratando de construir un pozo de agua?

JEFFREY STERN: El Ejército de Estados Unidos no está llevando a cabo los bombardeos. El Ejército estadounidense ha dejado de realizar repostaje. Durante un tiempo estuvieron realizando repostaje aéreo para los militares saudíes, para la coalición apoyada por los saudíes, lo cual es importante porque eso permite la llamada “búsqueda de objetivos de forma dinámica”, que significa esencialmente que los aviones emprenden el vuelo y buscan objetivos para bombardear. No tienen que depender necesariamente de la información de inteligencia y planear los ataques aéreos por adelantado. Por lo tanto, los aviones pueden deambular buscando objetivos para bombardear. Y en ese momento Estados Unidos estaban proporcionando el reabastecimiento de combustible, algo que ahora hemos dejado de hacer.

La explicación que la coalición apoyada por los saudíes… ellos tienen algo que se llama un incidente conjunto, un JIAT, el cual aparentemente investiga algunos de estas bombardeos y recomienda acciones al respecto. Los saudíes eventualmente investigaron este bombardeo y emitieron un breve comunicado, que en esencia decía que la perforadora para el pozo de agua se parecía a una lanzadora de misiles balísticos. La explicación requiere una especie de extraña credulidad… una perforadora para pozos de agua y una lanzadora de misiles balísticos no se parecen mucho. También está el hecho de que si bombardeas una lanzadora de misiles balísticos habría explosiones secundarias, por el combustible. Y los aviones volvieron y estuvieron persiguiendo a la gente durante varias horas.

AMY GOODMAN: Un “ataque doble”, como usted lo ha llamado, un bombardeo seguido de otro, de modo que las personas de esa comunidad, preocupadas, se acercan para salvar a las víctimas del primer ataque, y en ese momento otro bombardeo acaba con sus vidas.

JEFFREY STERN: Exactamente, y especialmente los niños. Este es un lugar donde no pasan muchas cosas, y los niños tenían curiosidad. Cuando salió el sol, la gente salió corriendo de sus casas, y comenzó a reunirse en el lugar. Por otro lado, llamar a esto un “ataque doble” no le hace justicia.

La investigadora de Human Rights Watch Priyanka Motaparthy fue al lugar varias semanas después del ataque y encontró doce cráteres. La gente dijo que habían caído más de 20 bombas. Por supuesto, no lo sabemos. Sabemos que al menos cayeron doce. Entonces, es un “ataque doble”, pero en realidad fue un bombardeo que atrajo a la gente, y luego hubo al menos doce más.

AMY GOODMAN: Háblenos sobre la bomba, sobre su visita a Tucson, y sobre la compañía que fabricó la bomba.

JEFFREY STERN: Eso es un aspecto que de algún modo fue interesante y desgarrador al mismo tiempo, incluso después de haber estado en Yemen. Algunas de las personas con las que hablé en Raytheon realmente se enorgullecen de lo que hacen. Ahora bien, esto no fue un trabajo científico. No realice encuestas a miles de trabajadores. Hablé con dos, a quienes mantuvimos en el anonimato. Pero ellos no construyen bombas, sino los sistemas de guiado de precisión que se incorporan a las bombas. Así que lo que están haciendo, lo que creen estar haciendo, es tomar algo que crearía una gran cantidad de daños colaterales y hacer que pueda crear los mínimos daños colaterales. Y, en teoría, eso es cierto. Me refiero a que si se usa correctamente, supuestamente, podrías lanzar una bomba como esta y bombardear lo que quieras bombardear, y evitar bombardear lo que no quieras bombardear.

Además, me hablaron sobre el orgullo que sienten por ayudar a mantener a salvo a los soldados estadounidenses, y hacer que ellos mismo estén más seguros. Raytheon es una empresa líder en el sector de la seguridad laboral, lo cual es algo irónico, supongo. Sin embargo, en el caso de las ventas al exterior, estamos proporcionando estas armas a aliados que a veces no están utilizándolas del modo en que fueron diseñadas para ser utilizadas. Incluso a veces exactamente del modo opuesto a como fueron diseñadas para ser usadas.

La idea de usar un arma muy precisa para minimizar las bajas civiles solo funciona si estás tratando de minimizar las bajas civiles. Y no iré tan lejos como para decir que la coalición apoyada por Arabia Saudí está causando deliberadamente una catástrofe humanitaria. No creo que eso sea algo que yo pueda saber a ciencia cierta. Pero, como mínimo, han sido extraordinariamente descuidados. Y usando estas bombas para atacar cosas como pozos de agua, ya sea creyendo que es un pozo de agua o no, han creado la peor catástrofe humanitaria del mundo.

AMY GOODMAN: Para finalizar, hable sobre Arabia Saudí y su relación con el Departamento de Estado de EE.UU. a través de las Ventas Militares Extranjeras. Nos quedan solo 15 segundos.

JEFFREY STERN: Esto pasa con muchos países diferentes. El Pentágono funciona como una especie de intermediario y ayuda a países extranjeros a obtener lo que necesitan. Y a menudo esos países están sirviendo nuestro interés, o al menos creemos que lo hacen. El Departamento de Estado investiga rigurosamente y proporciona supervisión a estas ventas. Pero estamos facilitando esto. Estamos tomando armas de contratistas privados y poniéndolas en manos de la coalición respaldada por Arabia Saudí, que está bombardeando a civiles.

AMY GOODMAN: Jeffrey Stern, quiero darle las gracias por acompañarnos. Enlazaremos al último artículo de Jeffrey Stern para la revista de The New York Times, “De Arizona a Yemen: El viaje de una bomba estadounidense”. Soy Amy Goodman. Muchas gracias por acompañarnos.


Traducido y editado por Igor Moreno Unanua y Democracy Now! en Español.

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