Conozca a Victorina Morales, inmigrante indocumentada que fue empleada doméstica de Trump durante cinco años

Original en Español07 de febrero de 2019
Escuche
Otros formatos
Escuche

Relacionado

El presidente Donald Trump continuó haciendo campaña en contra de los inmigrantes indocumentados durante su discurso del Estado de la Unión del martes 5 de febrero. El discurso de Trump tuvo lugar luego de que saliera a la luz la noticia de que su compañía ha despedido en los últimos dos meses al menos a 18 trabajadores indocumentados de cinco campos de golf de Nueva York y Nueva Jersey, como parte de la depuración puesta en marcha después de que una serie de reportes informaran sobre la contratación de inmigrantes indocumentados en sus clubs de golf. En diciembre, The New York Times reportó que al menos 2 empleadas domésticas de otro Trump National Golf Club en Bedminster, Nueva Jersey, eran inmigrantes indocumentadas que habían entrado al país de manera ilegal. Nos acompaña hoy una de esas empleadas, Victorina Morales, inmigrante indocumentada nacida en Guatemala. Morales, quien tendió la cama de Donald Trump a pesar de que era indocumentada, asistió al discurso del Estado de la Unión como invitada de la congresista Bonnie Watson Coleman.

Transcripción
Esta transcripción es un borrador que puede estar sujeto a cambios.

AMY GOODMAN: El presidente Donald Trump continuó haciendo campaña en contra de los inmigrantes indocumentados durante su discurso del Estado de la Unión del martes 5 de febrero. Además de decir que “una gran caravana [de migrantes] marcha hacia Estados Unidos”, sugirió erróneamente que los inmigrantes indocumentados son una amenaza para el bienestar económico de los estadounidenses. En realidad, según un reporte de 2016 de la National Academy of Science, la inmigración favorece el crecimiento económico de Estados Unidos. Los investigadores también señalaron que los hijos de inmigrantes estimulan la economía al “contribuir fiscalmente más sus padres y que el resto de la población nacida en Estados Unidos”. El discurso de Trump tuvo lugar luego de que saliera a la luz la noticia de que su compañía ha despedido en los últimos dos meses al menos a 18 trabajadores indocumentados de cinco campos de golf de Nueva York y Nueva Jersey, como parte de la depuración puesta en marcha después de que una serie de reportes informaran sobre la contratación de inmigrantes indocumentados en sus clubs de golf. The Washington Post reportó recientemente que una docena de empleados que fueron despedidos a comienzos de febrero del Trump National Golf Club de Nueva York por ser indocumentados. En diciembre, The New York Times reportó que al menos 2 empleadas domésticas de otro Trump National Golf Club en Bedminster, Nueva Jersey, eran inmigrantes indocumentadas que habían entrado al país de manera ilegal. Nos acompaña hoy una de esas empleadas, Victorina Morales, inmigrante indocumentada nacida en Guatemala. Ella decidió hacer público su estatus migratorio en el reporte de The New York Times, titulado “Haciéndole la cama al presidente Trump: una empleada sin papeles”. Morales asistió al discurso del Estado de la Unión como invitada de la congresista Bonnie Watson Coleman de Nueva Jersey.

AMY GOODMAN: Victorina Morales, ¿qué sintió al asistir al discurso del Estado de la Unión y ver a su antiguo jefe, el presidente Trump, hablando sobre los inmigrantes indocumentados?

VICTORINA MORALES: Pues para mí fue un maltrato por su parte, no hablar nada sobre los inmigrantes, y él sabe que nosotros somos inmigrantes. Él no habló nada respecto a eso. Yo sé que él es muy hipócrita, es un gran hipócrita porque siempre va hablando mal de los inmigrantes. Pero bueno, nosotros aceptamos que él sea una persona pésima, es una persona muy agresiva delante de nosotros. Y le agradezco a Dios que al menos nos están escuchando los congresistas que estuvieron a favor de nosotros, nos están extendiendo las manos, nos están levantando la voz, de eso estoy muy agradecida, porque en este país hay mucha gente buena, hay mucha gente que nos ama, hay mucha gente que nos está prestando sus voces para alzarla a favor de todos los inmigrantes que estamos aquí escondidos y no damos la cara. Gracias por todo, les agradezco a todos ustedes porque nos están escuchando.

AMY GOODMAN: ¿Nos puede contar su historia? ¿cómo llegó a trabajar en el club de golf de Bedminster del presidente Trump, a limpiar su habitación y hace su cama?

VICTORINA MORALES: Yo entré en el 2013 a trabajar en ese lugar. Al principio, cuando él no era presidente, nosotros lo veíamos, e incluso me dio tres veces propinas. Yo le tendía su cama, le lavaba su baño, le hacía la cama a la primera dama, la cama de Barron, que es el hijo de él, lavaba la ropa de Ivanka, limpiaba la casa de Ivanka. Y ya cuando él se hizo presidente, ahí fue cuando yo vi las dos caras que él tiene. Él es un hipócrita, porque ahí fue donde descubrimos su segunda cara, al hablar mal de los inmigrantes. Por eso estoy aquí dando la cara, porque él dice que nosotros somos mentirosos, violadores, ladrones. Si eso fuera así yo no estaría dando la cara aquí, porque yo trabajé para él cinco años y aun así él no valora el trabajo de los inmigrantes.

AMY GOODMAN: Victorina, háblenos sobre su decisión de hacer pública su historia en The New York Times.

VICTORINA MORALES: La decisión fue… yo me cansé de tantos maltratos, tantos abusos. Incluso ahí había una supervisora que nos trataba de estúpidos, decía que éramos unos burros, ella nos comparaba con su perro, decía que su perro entendía más inglés que nosotros. Incluso hubo tres veces que ella me empujó queriéndome pegar. Y por eso dije: “No, ya basta”. Ya no aguanté más, dije: “Yo salgo a la claridad, porque ya no aguanto más”. Y alcé mi voz, me escuchó mi abogado. Y ahora me están escuchando ustedes que nos están extendiendo su voz. Gracias por escuchar, se lo agradezco mucho. Soy una inmigrante, no tengo papeles, soy muy pobre, vengo de Guatemala. Soy de una familia muy humilde, pero nos enseáron a respetar, a cómo respetar a personas como ustedes que nos están dando la voz, nos están ayudando a alzar la voz. Se lo agradezco mucho a todos los que nos escuchan. Gracias, gracias, mil gracias.

AMY GOODMAN: ¿Puede describir como eran las condiciones de trabajo en el club de golf de Bedminster antes de que Trump se postulara para presidente, y luego cuando anunció su candidatura y se convirtió en presidente. ¿Hubo algún cambio?

VICTORINA MORALES: Cuando él se hizo presidente, ahí fue donde yo vi que los supervisores… vi cómo él hablaba de nosotros en televisión, y pensé que por eso los supervisores de ese lugar nos trataban tan mal. Tan mal que nos decían inmigrantes estúpidos. Porque es su forma de hablar y tratar tan mal a la gente, a las personas, no tener esa educación. Él no respeta, él no se respeta ni a sí mismo, mucho menos a nosotros los inmigrantes. Pero gracias a ustedes porque, ustedes se merecen un gran respeto, son personas educadas y eso nos hace a nosotros ser más grandes en este país. Estar en este país trabajando es darle fuerza a nuestra familia, porque nos están extendiendo su mano, nos están extendiendo su voz, gracias. No me canso de agradecerle a la congresista que me hizo esta invitación cordial, yo me siento especial por ella, porque ella me dio su confianza. Ustedes me están dando su confianza y por eso no me da miedo, no me da miedo hablar, porque él es una persona que no se merece respeto, pero nosotros sí respetamos porque no nos gusta ser irrespetuosos con él, porque realmente nosotros hemos tenido mucha educación en nuestros hogares, aunque seamos muy humildes. Gracias, gracias.

AMY GOODMAN: Eric Trump, hijo del presidente Trump, tuiteó esta semana: “Tenemos decenas de miles de empleados en nuestras propiedades y las prácticas de contratación son muy estrictas. Si algún empleado presentó documentos falsos para infringir la ley, será expulsado inmediatamente. Nos tomamos este asunto muy seriamente, es una de las razones por las que mi padre está luchando tan enérgicamente por una reforma migratoria. El sistema no funciona”. ¿Victorina, puede responder a esto?

VICTORINA MORALES: Ellos no saben como tapar lo que hacen, nosotros tenemos un dicho en Guatemala: “No pueden tapar el sol con un dedo”. Ellos dicen mentiras, todos. Pero aquí estamos nosotros dando la cara, diciendo que todo lo que ellos dicen es una mentira. Yo soy una inmigrante, allí adentro hice los papeles falsos.

AMY GOODMAN: ¿Puede explicar a qué se refiere cuando dice que usted hizo los papeles? ¿Está afirmando que fue la Organización Trump, la empresa del presidente, quien la ayudó a falsificar sus documentos?

VICTORINA MORALES: Sí, claro, el supervisor me ayudó. Él me dijo que yo tenía que hacer los papeles de nuevo y que yo tenía que mandar a hacer una identificación para poder seguir trabajando, y eso pasó cuando Trump ya estaba de presidente. El primo del supervisor me llevó a un lugar cerca de Bound Brook que se llama Plainfield. Ahí me hicieron los papeles falsos. El supervisor me tomó la foto en la lavandería y me cobró 175 dólares por los papeles, y cuando me entregó los papeles me dijo: “Escóndalos, porque si lo ve la policía te puede llevar presa”. “Está bien”, le dije yo. ¿Qué mentira puede ser eso? Eso no es una mentira, lo que decimos es verdad. No podemos estar mintiendo. Ellos dicen que nosotros somos unos mentirosos, que somos ladrones, violadores, pero no, nosotros estamos aquí para trabajar, y Trump lo sabe, porque nos tenía en sus trabajos, trabajando. Y por eso no me canso en decir que es pura hipocresía. Trump es el mentiroso, no nosotros.

AMY GOODMAN: Victorina, ¿puede describir en detalle lo que usted hacía en la residencia de Trump en Bedminster? Usted hacía su cama, ¿es así?, ¿qué más hacía?

VICTORINA MORALES: Sí, yo le hacía la cama a Donald Trump, le limpiaba el baño, quitaba el polvo, pasaba la aspiradora. Todo lo que se dice limpiar los vidrios de la ventana, y limpiar la madera blanca de su casa. Mantenerlo lo más limpio que se podía. Muy limpio. Y lo mismo hacía en la casa de Ivanka. Todo lo que hay que hacer en ese club. Yo sabía hacer todo ese trabajo. Había 11 suites y también había casas, yo limpiaba todo. Yo hacía todo ese trabajo en Bedminster.

AMY GOODMAN: ¿También limpiaba la casa de Ivanka? ¿Era una suite dentro de la casa más grande, o era una casa separada?

VICTORINA MORALES: No, era una casa de ella. Ivanka tiene su casa.

AMY GOODMAN: ¿Le trataban igual en la casa de Ivanka? ¿Ella conocía su estatus migratorio?

VICTORINA MORALES: No sé, eso no lo sé, pero ella nos veía trabajar ahí, ella
nos veía, porque a veces pasaba los fines de semana allí y nos veía limpiando su casa.

AMY GOODMAN: ¿Y Donald Trump?

VICTORINA MORALES: Lo mismo, él también me veía llegar a su casa. Yo entraba y salía. Yo tenía la llave de su casa para abrir, entrar y salir de ahí. Me tenían esa confianza.

AMY GOODMAN: ¿Recibió usted un certificado de la Casa Blanca por su excelente trabajo limpiando la habitación del presidente?

VICTORINA MORALES: Sí, claro, es cierto, yo tengo la notificación. O sea, tengo un papel que me dieron porque yo hacía el mejor trabajo en el Club de Golf del presidente. Claro, me dieron ese papel.

AMY GOODMAN: ¿Qué siente al escuchar al presidente Trump hablar de “invasores” ingresando por la frontera y pedir que se construya un muro en la frontera con México?

VICTORINA MORALES: Lo que pienso es que [Trump] ya deje de hablar del muro, que se dé cuenta cuántas personas están saliendo a la luz, porque él tiene muchas personas trabajando en su club. Ya van cinco clubes de donde han sido despedidas personas que no tienen papeles, y de su organización.

AMY GOODMAN: ¿Qué opina de que Eric Trump afirme que algunas personas simplemente no tienen papeles y que esto sucede en una organización con miles de empleados? ¿Cree que los altos cargos de Bedminster tenían conocimiento de que usted y otros empleados no tenían documentos?

VICTORINA MORALES: Sí, esa información está llegando muy alto porque están saliendo muchas personas que no tienen papeles. Y yo era una de ellas, yo no tenía papeles. Y ahí me tenía trabajando. Y ahora está saliendo mucho personal que estaba trabajando para él y no tienen papeles. Porque ya van cinco clubes donde han habido despidos, que ya no les dan trabajo.

AMY GOODMAN: Victorina Morales, ¿háblenos de cuándo y cómo llegó a Estados Unidos y por qué dejó Guatemala?

VICTORINA MORALES: Yo vine en 1999 de Guatemala. Yo estaba con mis padres allá. A mi papá lo mataron cuando yo tenía 7 años. Y después me casé, mi esposo se vino en el 99 para este país. Y al año de estar aquí, me mandó a traer. Después nosotros mandamos dinero, hicimos una casita y después mataron a mi suegro delante de mis hijos. Pero cuando entré aquí a este país fue en el 99. Y cuando empecé a trabajar en el club del presidente en Bedminster fue en el 2013, hasta ahorita en el 2018 que yo alcé la voz, que yo me cansé de tanto insulto.

AMY GOODMAN: Usted ha denunciado los abusos verbales que ocurrían cuando trabajaba como limpiadora el club de golf de Bedminster. ¿Había también abusos físicos?

VICTORINA MORALES: Sí, claro. La supervisora ahí adentro me trató de estúpida. Me empujó tres veces, y me dijo que yo era una inmigrante que no tenía papeles, y que no podíamos demandarlos si nos quejábamos, porque [el Servicio de] Inmigración iba a llegar por nosotros, si los demandábamos.

AMY GOODMAN: ¿Cuál es su edad, Victorina Morales?

VICTORINA MORALES: Yo ahorita tengo 46 años.

AMY GOODMAN: ¿Durante cuánto tiempo trabajó para Donald Trump?

VICTORINA MORALES: Cinco años.

AMY GOODMAN: ¿A qué se dedica ahora?

VICTORINA MORALES: Ahora no tengo trabajo, estoy en casa.

AMY GOODMAN: Finalmente, Victorina Morales, ¿tiene algún mensaje para el presidente Trump?

VICTORINA MORALES: El mensaje que tengo para Donald Trump es que basta ya de decir que nosotros somos mentirosos, que somos ladrones, que somos violadores. ¡No! Le mando este mensaje a él, que por favor ya deje de insultarnos, que deje el muro, y le pido, le suplico, que haga una reforma migratoria para todos los inmigrantes que estamos aquí, no sólo por mí, sino para los 12 millones que estamos aquí. Sé que entre estos 12 millones hay gente que trabajamos, que luchamos. Y por favor, yo le suplico a él, que ya basta de tantos insultos. Porque nosotros vamos a luchar. Y a la gente inmigrante les digo que luchemos, que no demos motivo para que [Donald Trump] nos trate como nos está tratando. Que salgan a la luz. Que hablen.

AMY GOODMAN: Victorina Morales trabajaba como limpiadora en el Trump National Golf Club en Bedminster, Nueva Jersey. Morales reveló que era indocumentada y que sus jefes en el Trump National Golf Club, propiedad de la empresa del presidente Trump, falsificaron sus documentos para permitirle continuar trabajando. Soy Amy Goodman, gracias por acompañarnos.

The original content of this program is licensed under a Creative Commons Attribution-Noncommercial-No Derivative Works 3.0 United States License. Please attribute legal copies of this work to democracynow.org. Some of the work(s) that this program incorporates, however, may be separately licensed. For further information or additional permissions, contact us.

Las noticias no comerciales necesitan de su apoyo

Dependemos de las contribuciones de nuestros espectadores y oyentes para realizar nuestro trabajo.
Por favor, haga su contribución hoy.
Realice una donación
Inicio