Los investigadores federales están sopesando si acusar a las personas que participaron en la insurrección del 6 de enero en el Capitolio de Estados Unidos de conspiración sediciosa: el crimen de intentar de derrocar al Gobierno. El Departamento de Justicia no ha procesado con éxito un caso de sedición en más de dos décadas. Esto ocurre al tiempo que la fiscalía se prepara para discutir acuerdos de reconocimiento de culpabilidad con unos 300 sospechosos acusados por el ataque del 6 de enero, que dejó cinco muertos. Durante el fin de semana, el senador republicano del estado de Wisconsin, Ron Johnson, fue noticia cuando afirmó falsamente que los alborotadores del 6 de enero no habían usado la violencia.
Senador Ron Johnson: “Una de las razones por las que me han criticado es porque dije, con toda honestidad, que no me sentí amenazado el 6 de enero. No me sentí amenazado. Hubo mucha más violencia en la Cámara de Representantes. No hubo violencia en el Senado”.