La guerra contra las drogas respaldada por EE.UU. alienta el asesinato de periodistas en México, el país más peligroso para quienes trabajan en medios de comunicación

Reportaje28 de enero de 2022

Analizamos lo que ocurre en Tijuana, México, donde la ola de asesinatos de periodistas levantó la alarma internacional y provocó protestas en todo el país. Las tres personas asesinadas más recientemente son José Luís Gamboa Arenas, Alfonso Margarito Martínez Esquivel y Lourdes Maldonado López. En este contexto, conversamos con Jan-Albert Hootsen, corresponsal en México del Comité para la Protección de Periodistas. Hootsen, que asistió al funeral de López el 27 de enero en Tijuana, dice que las investigaciones y las medidas de seguridad de las autoridades mexicanas resultaron “tristemente insuficientes”. Además agrega que la violencia contra las y los periodistas se desató después de que el Gobierno mexicano lanzara su guerra contra las drogas con el apoyo de Estados Unidos. “Estados Unidos es parte de esta violencia, le guste o no”.

Transcripción
Esta transcripción es un borrador que puede estar sujeto a cambios.

AMY GOODMAN: Comenzamos el programa de hoy en México, donde una ola de asesinatos de periodistas en las primeras semanas de enero llevó a que trabajadores de los medios y simpatizantes salieran a las calles en protestas a lo largo del país el pasado 25 de enero.

PALOMAR FIERRO: Estoy aquí con mucha tristeza, porque van más de 100 periodistas asesinados en los últimos dos años. por más que hemos hecho manifestaciones, yo he estado en varias, la de 2008 que era “Los queremos vivos” y la que se hizo aquí mismo en Gobernación cuando el asesinato de Javier Valdez, y por más que nos hemos manifestado no han parado los asesinatos de periodistas. Entonces, vengo más con tristeza que con indignación.

AMY GOODMAN: México es uno de los países más peligrosos del mundo para quienes ejercen el periodismo. El 27 de enero se celebró en Tijuana, ciudad fronteriza con Estados Unidos, el funeral de la reportera Lourdes Maldonado López, una reconocida periodista de radio y televisión que ya había sido víctima de múltiples atentados a su vida antes de que la mataran a tiros el 23 de enero frente a su casa. Es el tercer asesinato de un periodista mexicano en las primeras semanas de 2022. El 17 de enero, Margarito Martínez, otro periodista de Tijuana, fue asesinado a tiros frente a su residencia justo después de regresar de trabajar en un reportaje. Martínez cubría noticias sobre la policía y el crimen y trabajaba como guía en México para medios internacionales. El 10 de enero, se encontró el cuerpo del reportero José Luis Gamboa en el estado de Veracruz después de que lo mataran a puñaladas. El asesinato de Lourdes Maldonado ha sucitado la atención generalizada. Según informes, ella estaba inscrita en un programa de protección para periodistas, gestionado por el Gobierno mexicano. Maldonado tenía un botón de pánico instalado en su casa. En 2019, la periodista asistió a una rueda de prensa del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, donde le pidió ayuda.

LOURDES MALDONADO LÓPEZ: Vengo también aquí para pedirle apoyo, ayuda y justicia laboral, porque hasta temo por mi vida. Y yo sé que contra la corrupción que hay en la Junta Federal de Conciliación, y la que estoy viviendo ahora en Tijuana con este poderoso personaje, nada o poco, nada puedo hacer sin su apoyo, señor presidente.

AMY GOODMAN: Eso fue en 2019. Estas fueron las palabras expresadas esta semana por el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, tras el asesinato de Lourdes Maldonado.

ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Quería dar a conocer que el caso de este asesinato lamentable, doloroso, como otros casos, pero este en particular, lo vamos a analizar a fondo. Y decía yo, porque ayer estaba viendo y, como son tiempos de zopilotes, hablaban de que aquí estuvo la compañera, y en efecto. Pero dicen: “Fue a pedir protección al presidente y miren lo que pasó”, como si no hubiésemos atendido a la compañera, como si no nos hubiese importado y se dejó sin protección.

AMY GOODMAN: El perro de Lourdes se negó a dejar de vigilar la entrada de su casa esta semana, después de que fuera asesinada. Para hablar más sobre los llamados para que las autoridades mexicanas investiguen estos asesinatos y qué acciones se deben tomar, nos acompaña desde Tijuana Jan-Albert Hootsen, corresponsal en México del Comité para la Protección de Periodistas. Él asistió ayer al funeral de Lourdes. Bienvenido de nuevo a Democracy Now!, Jan. Esta es una pérdida terrible para muchos, no solo en México. Usted estuvo en el funeral. ¿Puede describirlo para nosotros? Tuvo la oportunidad de hablar con la familia. Cuéntenos quién estuvo allí y qué exige la familia.

JAN-ALBERT HOOTSEN: Hola. Gracias por invitarme a su programa. Sí, estuve ayer en el funeral de Lourdes aquí en Tijuana. Fue un evento relativamente pequeño. Creo que hubo unas 40 personas, y al menos la mitad de ellos eran periodistas. Es una noticia de alto perfil aquí en Tijuana porque la mayoría de los periodistas de la ciudad conocían a Lourdes. Así que para ellos fue especialmente trágico: tuvieron que reunirse en un cementerio de Tijuana y básicamente cubrir el asesinato de su propia amiga y colega. La familia de Lourdes estaba allí. Había familiares de Estados Unidos que viven en San Diego, al otro lado de la frontera, y familiares de aquí de Tijuana. La familia habló brevemente con reporteros, incluyéndome a mí, y solo pedían justicia. Sus hermanos dijeron que ellos perdonaban a quienes hicieron esto, pero en definitiva esperaban ansiosamente que las autoridades mexicanas les brindaran información actualizada sobre lo que sucedió. Y respecto a su otra pregunta, sobre lo que se debería hacer, creo que se debería hacer precisamente lo que la familia pide. Las autoridades del estado de Baja California deben brindar claridad sobre quién podría estar involucrado y qué motivos habría detrás de este asesinato, porque hasta el momento no sabemos eso.

AMY GOODMAN: Hable sobre el tipo de periodismo que ella realizaba y también sobre el botón de pánico que tenía en su casa.

JAN-ALBERT HOOTSEN: Claro. Maldonado era una presentadora de radio y televisión en internet. Trabajaba para una plataforma de contenido audiovisual llamada Sintoniza Sin Fronteras. Allí tenía varios programas cada semana, en los cuales hablaba sobre acontecimientos locales. No tenía pelos en la lengua. Hablaba de política. Hablaba sobre temas de crimen y seguridad, siendo Tijuana una de las ciudades más peligrosas de México en la actualidad. Una semana antes de morir, Lourdes abordó el caso del asesinato de su colega Margarito Martínez. Y según las autoridades del estado de Baja California, con quienes hablé a principios de esta semana, ella estaba inscrita en un programa de protección y además tenía un botón de pánico instalado en su casa. Pero esa noche, a las 7 p.m., cuando llegó a su casa y fue atacada, al parecer no tuvo acceso al botón de pánico. Otro punto que en realidad debe esclarecerse es que las autoridades estatales de Baja California me aseguraron que la policía hacía rondas con regularidad, es decir, una patrulla pasaba por su domicilio de vez en cuando para ver si ella estaba bien. Al parecer esto no fue suficiente y la policía no estaba allí en el momento en que fue atacada. Esto significa que cualquier medida de seguridad que el Estado mexicano le haya proporcionado fue insuficiente, lamentablemente.

AMY GOODMAN: Una de las últimas transmisiones de Lourdes Maldonado fue el 19 de enero, y estuvo dedicada al fotoperiodista tijuanense Margarito Martínez, a quien usted acabó de mencionar, y que fue asesinado frente a su casa la semana pasada. Este es un clip de Lourdes en su propio programa Brebaje, en el que rindió un homenaje a Margarito, sin saber que ella misma sería asesinada días después.

LOURDES MALDONADO LÓPEZ: La muerte de Margarito, el asesinato de Margarito, deja de veras un hueco en la cobertura, total. Margarito llegó a recibir reconocimientos mundiales por las reseñas que daba sobre la violencia en Baja California, sobre los asesinatos. Tenía un conocimiento impresionante.

AMY GOODMAN: Jan-Albert Hootsen, además de tenerlo hoy a usted como invitado, también quisimos contactar a varios periodistas mexicanos en Tijuana, pero nadie aceptó, temerosos de las posibles consecuencias, debido al peligro que corren. ¿Puede hablar del peligro al que se enfrentan y sobre qué significa para los periodistas este programa de protección federal? ¿Por qué es necesario algo así en México, y por qué es México uno de los lugares más peligrosos del mundo para los trabajadores de los medios?

JAN-ALBERT HOOTSEN: Claro. De hecho ayer estuve en casa de Margarito Martínez. Hablé con su esposa por un largo tiempo. El lugar donde lo mataron es muy escalofriante. Caminas hasta su casa y hay un lugar, un lugar muy grande, que se puede ver que fue limpiado, donde se han colocado flores y velas, como un testigo silencioso de lo que le pasó a Margarito. El tipo de periodismo en el que Margarito Martínez estaba especializado tenía que ver con crimen y seguridad. Margarito se levantaba por la mañana y escuchaba los canales de radio de la policía municipal de Tijuana y de la policía estatal de Baja California, así como el de la Cruz Roja. Y cada vez que ocurría un incidente —Tijuana tiene en promedio cinco homicidios al día— Margarito se subía a su auto, se desplazaba al lugar donde se había reportado el incidente, tomaba fotos, conducía de regreso a casa y les enviaba esas fotos a alguno de sus muchos empleadores. Y ese particular tipo de periodismo es bastante peligroso en México, y en especial Tijuana, porque muy a menudo cuando un periodista toma fotos de estos incidentes, puede haber alguien allí a quien no le gusta que lo haga, por ejemplo, pandilleros o familiares de las personas asesinadas. Los periodistas son seguidos o acosados por la policía. Reciben amenazas de muerte. Para gente como Margarito es una verdadera lucha diaria. Hay una cosa muy importante, y es algo que el Estado mexicano necesita aclarar, respecto al hecho de que Margarito contactó con el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas. Esa es una institución coordinada por el Gobierno federal de México. Fue creada hace 10 años. Y es una institución pequeña, enfocada en coordinar medidas de protección entre los Gobiernos estatales y las agencias federales. El problema de este mecanismo es que es lamentablemente insuficiente. Está muy centralizado en Ciudad de México y no tiene ninguna representación regional. E incluso si tuviera suficiente dinero, lo cual no es el caso porque tiene un presupuesto anual de poco más de 15 millones de dólares estadounidenses, pero incluso si tuviera suficiente dinero, y suficiente personal público bien entrenado trabajando en la institución, seguiríamos lidiando con la impunidad, con la falta de una correcta investigación criminal por parte de las autoridades mexicanas, que es lo que sigue incentivando estos asesinatos. Disculpas por el ruido de fondo, estoy aquí en Tijuana, y hay un poco de ruido de sirenas por el fondo.

AMY GOODMAN: Lo entendemos totalmente. ¿Puede hablar sobre las consecuencias de la llamada “guerra contra las drogas” que cuenta con el apoyo de EE.UU., y su auge en México, y si esa guerra está relacionada con la violencia contra los periodistas y los defensores de los derechos humanos?

JAN-ALBERT HOOTSEN: Hay un caso ocurrido hace unos 5 años. El asesinato de la periodista Miroslava Breach en el estado norteño de Chihuahua. Ella era corresponsal del diario La Jornada, y en los años siguientes a su asesinato hubo numerosas investigaciones sobre las circunstancias de su muerte, y una de esas investigaciones se centró en las pruebas balísticas. Y la gente que investigó eso logró vincular el arma homicida, la pistola con la que Miroslava Breach fue asesinada, directamente con Estados Unidos. Era un arma que había sido comprada al otro lado de la frontera, introducida de contrabando en México y luego utilizada para numerosos delitos, incluyendo el asesinato de Miroslava Breach. En el caso del asesinato de Margarito, las autoridades estatales de Baja California ya han podido vincular esa pistola con por lo menos cinco delitos. Y hay una probabilidad muy alta de que esa pistola, también haya sido introducida de contrabando en México y luego usada por bandas criminales en México. No podemos ver la violencia contra periodistas en México como algo independiente de la guerra contra las drogas, porque las cifras que tenemos en el Comité para la Protección de los Periodistas indican que la violencia contra la prensa estalló justo cuando México declaró, con el apoyo de EE.UU., su guerra contra las drogas y contra los grupos del crimen organizado. EE.UU. juega un papel importante en esta violencia, le guste o no, porque es un problema transnacional. Es imposible no ver la guerra contra las drogas como probablemente el principal factor que alimenta esta violencia desde una perspectiva transnacional e internacional.

AMY GOODMAN: Para terminar, USA Today informa que el Gobierno mexicano calcula que más de medio millón de armas entran de contrabando desde EE.UU. cada año. ¿Qué puede decir sobre eso?

JAN-ALBERT HOOTSEN: Sí. Uno de mis colegas, Ioan Grillo, un reportero británico que reside aquí en México, escribió un libro sobre el llamado “río de hierro”. Un fenómeno que aparentemente es imparable. Hay muchas armas fluyendo hacia el sur. Cientos, si no miles, de tiendas de armas justo al otro lado de la frontera. La facilidad con la que los contrabandistas pueden comprar armas en Estados Unidos, y luego introducirlas de contrabando por la frontera con México es asombrosa. Y el actual Gobierno del presidente López Obrador ha sido muy franco a la hora de pedir a EE.UU. que tome medidas para evitar eso. Es algo difícil de frenar. Es una cuestión de cooperación bilateral. En Estados Unidos, no hay mucho incentivo actualmente para cambiar esa situación, a pesar de todos los tiroteos masivos en EE.UU., pero no creo que haya otra forma de frenar la violencia que abordar este problema de una forma bilateral.

AMY GOODMAN: Jan-Albert Hootsen, queremos agradecerle que haya estado en nuestro programa. Periodista holandés y corresponsal en México del Comité para la Protección de Periodistas, quien nos habla desde Tijuana, donde se celebró ayer el funeral de Lourdes Maldonado. Maldonado es una de los tres periodistas asesinados en México en lo que va de año, en las primeras semanas de 2022. A continuación, vamos al barrio de Sheikh Jarrah en la zona ocupada de Jerusalén Este, donde las fuerzas israelíes recientemente desalojaron a una familia palestina y demolieron su casa. Hablaremos con el residente de Sheikh Jarrah Mohammed El-Kurd, conocido poeta y activista palestino. Quédense con nosotros.


Traducido y editado por Igor Moreno Unanua e Iván Hincapié.

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