“Incitador al odio”: Stephen Miller será designado para un cargo clave en el Gobierno de Trump, que sigue anunciando detenciones y deportaciones masivas de inmigrantes entre sus primeras medidas

AMY GOODMAN: El presidente electo Donald Trump está formando rápidamente un equipo para llevar a cabo su plan de lanzar la campaña de deportación más grande en la historia de Estados Unidos. Según los informes, Trump ha nominado al ultraderechista de duras posiciones antiinmigración Stephen Miller para ser el jefe de personal adjunto para políticas de la Casa Blanca y a la gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, como secretaria de Seguridad Nacional. Durante el primer Gobierno de Trump, Miller ayudó a orquestar la prohibición a la entrada de musulmanes en EE.UU., impulsó la separación de las familias inmigrantes y respaldó la terminación del programa DACA o Acción Diferida para los Llegados en la Infancia.

Trump también eligió a Thomas Homan para servir como su llamado “zar fronterizo”. Homan se desempeñó como director interino de ICE, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, durante el primer Gobierno de Trump. Homan tiene lazos profundos con la extrema derecha. Hace dos años, asistió a una conferencia de supremacistas blancos presentada por Nick Fuentes. Homan ha dicho que la campaña de deportación masiva de Trump también podría dirigirse contra niños nacidos en EE.UU. que nacieron de padres indocumentados. Homan fue entrevistado recientemente por Cecilia Vega en 60 Minutes.

CECILIA VEGA: Hemos visto una estimación que indica que deportar a un millón de personas al año tendría un costo de 88.000 millones de dólares.

THOMAS HOMAN: No sé si eso es exacto o no.

CECILIA VEGA: ¿Es eso lo que deberán pagar los contribuyentes estadounidenses?

THOMAS HOMAN: ¿Qué precio le ponemos a la seguridad nacional? ¿No merece la pena?

CECILIA VEGA: ¿Hay alguna manera de llevar a cabo deportaciones masivas sin separar a las familias?

THOMAS HOMAN: Por supuesto que la hay. Podríamos deportar a las familias enteras.

AMY GOODMAN: Está hablando de deportar a niños estadounidenses. Y este es Stephen Miller hablando en febrero en CPAC, la Conferencia de Acción Política Conservadora, y describiendo el plan de deportaciones de Trump.

STEPHEN MILLER: Se sella la frontera, no se deja entrar a más ilegales, y todos salen de aquí. Eso es muy sencillo. En relación con los pasos a nivel político para lograrlo, como demostró el presidente Trump en su primer mandato, se trata de entrelazar diferentes áreas de la política interior y la exterior, para así lograr ese objetivo. Sin ningún orden en particular, solo para enumerar algunos hechos, tienes los acuerdos de tercer país seguro. Tienes la política de “permanecer en México”, hay que terminar el muro [fronterizo]. Tienes un sistema sólido para procesar judicialmente a los extranjeros ilegales. Y un sistema de repatriación a México vía aérea, no solo al norte de México. Eso es muy importante. Vuelves a implementar el Título 42. Tienes sólidas capacidades que te ofrece la sección 212, la cual te da la autoridad para prohibir la entrada a EE.UU. Implementamos algunas de esas políticas en el Gobierno de Trump. Habría que volver a implementarlas y agregar algunas nuevas. Establecerías grandes bases de operaciones para los vuelos de deportación. Entonces agarras inmigrantes ilegales, y luego los trasladas a esas bases de operaciones, y ahí es donde los aviones están esperando para que las autoridades federales trasladen a esos ilegales a sus países. Despliegas a la Guardia Nacional para hacer cumplir las leyes migratorias.

AMY GOODMAN: Ese era Stephen Miller hablando en febrero. Ahora será el subdirector de política de la Casa Blanca en el futuro Gobierno de Trump.

Nos acompaña ahora Jean Guerrero, columnista de opinión de The New York Times. Sus libros incluyen “Incitador al odio: Stephen Miller, Donald Trump y la agenda del nacionalismo blanco”.

Bienvenida de nuevo a Democracy Now! Hablamos con usted hace una semana, en la noche de las elecciones. Mucho ha cambiado desde entonces. Háblenos de este último nombramiento de Stephen Miller, y luego pasaremos a Homan y a la promesa que el presidente Trump hizo antes y después de las elecciones de que uno de sus primeros actos en el cargo será lanzar la campaña de deportación más grande en la historia de Estados Unidos.

JEAN GUERRERO: Sí, Amy. Es genial estar aquí.

Esa elección no es en absoluto una sorpresa. Stephen Miller, tal como lo describo en mi libro, es uno de los asesores en los que más confía Trump, que ha estado junto a él desde el principio de su campaña de 2016. Y él representa, esencialmente, la fuerza ideológica detrás de las políticas antiinmigrantes de Trump. Él no solo fue el arquitecto de la política de separación de familias de Trump, sino que también fue el principal defensor de una serie de políticas que se centraron en restringir la inmigración legal en este país, por ejemplo, recortando el número de refugiados admitidos a mínimos históricos, estrangulando el sistema de asilo en Estados Unidos, y denegando la residencia permanente a las personas que se consideraban potenciales receptores de asistencia pública en el futuro.

Miller es alguien que, tal como lo describo en mi libro, ha expresado desprecio por el multiculturalismo desde que era un adolescente y asistía a la escuela secundaria en Santa Mónica, donde se enfrentaba a sus compañeros latinos, sus compañeros inmigrantes, gritándoles que hablaran en inglés y que volvieran a sus países, según cuentan sus amigos con los que hablé. Miller iba a las reuniones de la junta escolar para denunciar las celebraciones del Cinco de Mayo y otras celebraciones multiculturales en la escuela. Y durante muchos años, Stephen Miller ha perseguido lo que equivale a un Estados Unidos homogéneo.

La conclusión lógica de estas políticas es rediseñar radicalmente la demografía racial de Estados Unidos, no solo con las deportaciones masivas, sino también con las políticas que seguro apuntarán no solo a las personas indocumentadas en este país, sino también a inmigrantes legales, ciudadanos estadounidenses naturalizados y los menores con ciudadanía estadounidense que son hijos de personas indocumentadas.

Y como mencionó antes, él ha sido profundamente influenciado por textos y sitios web de supremacistas blancos, que documento en mi libro. En resumen, esto no se trata de animosidad hacia los criminales o de animosidad hacia las personas que han violado la ley. Se trata de animosidad hacia la noción de Estados Unidos como una democracia multicultural y multiétnica.

Y lo último que diré sobre Stephen Miller es que mientras que Trump ha expresado muy claramente su deseo de venganza hacia sus críticos, hacia las personas que van en su contra, hacia las personas que lo desobedecen, Stephen Miller lleva décadas exhibiendo este mismo nivel de resentimiento hacia los inmigrantes. Y eso es importante tener en cuenta porque va a darnos claves sobre sus políticas en el futuro.

JUAN GONZÁLEZ: Y, Jean Guerrero, me gustaría que expusiera esta idea de que el Gobierno de Trump no va simplemente a enfocarse en las personas indocumentadas para su expulsión del país, sino que también quiere rediseñar radicalmente la inmigración legal. Durante el primer Gobierno de Trump, el número de refugiados admitidos alcanzó un mínimo histórico. El propio Trump ha hablado a menudo sobre la revocación de la ciudadanía por derecho de nacimiento. ¿Podría hablar de lo que espera que él haga en relación con la inmigración legal?

JEAN GUERRERO: Sí. Comenzaré hablando del reasentamiento de refugiados, porque, tal como lo describo en mi libro, Stephen Miller ha expresado repetidamente a sus colegas que le gustaría que la admisión de refugiados sea cero en última instancia. Hay un riesgo real de más ataques contra el reasentamiento de refugiados y de que sea completamente desmantelado en un segundo mandato de Trump. Durante su primer Gobierno, sus políticas causaron daños permanentes al reasentamiento de refugiados porque forzaron a las agencias de reasentamiento a paralizar una infraestructura que había tomado años y, en algunos casos, décadas construir. Así que estos son daños permanentes y a largo plazo que se producen en el proceso de reasentamiento de refugiados. Y también son, debo añadir, decisiones que terminan afectando a la seguridad nacional, porque el Departamento de Defensa ha utilizado durante mucho tiempo el reasentamiento de refugiados para reclutar traductores, informantes, y para ayudar a la seguridad nacional de esa manera.

Pero, en última instancia, se trata de destruir la reputación de Estados Unidos en el mundo como un refugio seguro para quienes sufren persecución. Y creo que vamos a seguir viendo movimientos en esa dirección y una expansión de las restricciones a la entrada de musulmanes a EE.UU., que también fue una de las principales políticas impulsadas por Stephen Miller, lo cual refleja la influencia de quien ha sido su mentor por mucho tiempo, David Horowitz, sobre quien escribo en mi libro y quien ha hecho declaraciones incendiarias sobre los musulmanes, además de decir cosas como “Palestina no existe”. Entonces, cuando dicen que van a prohibir la entrada de refugiados de Gaza, yo creo de verdad que es algo que sí van a hacer. Pienso que debemos creerles y debemos prepararnos. Y hay preparativos en marcha por parte de abogados y de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) con el fin de resistir esas medidas.

JUAN GONZÁLEZ: Quería preguntarle también sobre esta noción que tienen Trump y sus seguidores del movimiento MAGA de que los indocumentados o la inmigración ilegal desde México representan una amenaza para la seguridad nacional. Vamos a reproducir un clip de un discurso de uno de los verdaderos fundadores del neoliberalismo moderno, el economista Milton Friedman, quien pronunció un discurso en 1978 sobre la importancia de la inmigración de mexicanos a Estados Unidos. Me pregunto si puede opinar sobre eso después de ver este clip.

MILTON FRIEDMAN: La inmigración de mexicanos a través de la frontera es algo bueno. Es bueno para los inmigrantes ilegales. Es bueno para Estados Unidos. Es bueno para los ciudadanos del país. Pero solo es algo bueno mientras sea ilegal. Esa es una paradoja interesante para considerar. Si se vuelve algo legal, entonces ya no es bueno. ¿Por qué? Porque mientras sea ilegal, las personas que vienen no pueden recibir asistencia del Gobierno. No cumplen con los requisitos para obtener el Seguro Social. No cumplen con los requisitos para los numerosos beneficios cuya financiación sale de los bolsillos de los contribuyentes. Y así, siempre y cuando no cumplan con esos requisitos, pueden emigrar para trabajar. Ellos hacen los trabajos que la mayoría de residentes de este país no están dispuestos a hacer y proporcionan a los empleadores una mano de obra que de otra forma no consiguen. Son muy trabajadores. Son buenos trabajadores. Y están claramente mejor así.

JUAN GONZÁLEZ: Ese era el economista Milton Friedman, hablando en 1978 sobre la importancia de la inmigración de mexicanos, específicamente de la inmigración ilegal, para la economía estadounidense. ¿Qué opina al respecto?

JEAN GUERRERO: Bueno, creo que eso es un ejemplo del deseo del Partido Republicano de mantener una población de ciudadanos de segunda clase en este país, porque pueden explotarlos. Pero estas son personas que han estado contribuyendo a nuestra economía desde la fundación de Estados Unidos. Son personas que construyen nuestras carreteras y nuestras casas, que cosechan nuestros cultivos, que cuidan a las personas de edad avanzada en los hospitales. Los aportes que hacen [a la sociedad] estadounidense son incalculables.

Y, de hecho, la gente que Trump quiere deportar son las mismas personas que han mitigado el aumento de la inflación en este país y cuyas deportaciones aumentarán definitivamente el costo de la canasta familiar. Por lo tanto, va a ser contraproducente para el Gobierno de Trump y para la economía estadounidense.

Pero las personas que más van a sufrir son los 22 millones de familias en el país con diferentes estatus migratorios, en las que al menos un miembro es una persona indocumentada, y tienen hijos ciudadanos estadounidenses, y estas familias van a ser separadas traumáticamente y sometidas a estas políticas crueles. Si escuchamos a Tom Homan hablar sobre… Hace poco hubo un episodio de un podcast del medio Breitbart, en el cual Homan era el invitado y en el que estaban de verdad ridiculizando, riéndose mientras escuchaban a familias con estatus migratorios mixtos llorando traumatizadas como resultado de estas políticas. El propósito, fundamentalmente, es actuar con crueldad contra estas personas y no reconocer los beneficios reales que representan para el país.

AMY GOODMAN: Quería pregúntale, Jean Guerrero, sobre Tom Homan, a quien acaba de mencionar y a quien Trump ha elegido como el llamado “zar de la frontera”. Homan se desempeñó como director interino de ICE, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, durante el primer mandato de Trump. En realidad, Homan fue designado primero por el presidente Obama. Homan habló en la Convención Nacional Republicana en Milwaukee mientras muchos en la multitud sostenían carteles que decían: “¡Deportación masiva ya!”.

THOMAS HOMAN: Como un tipo que pasó 34 años deportando a extranjeros ilegales, tengo un mensaje para los millones de extranjeros ilegales que Joe Biden dejó libres en nuestro país en violación de las leyes federales: Será mejor que empiecen a empacar ahora. Claro que sí. Porque se irán a casa.

AMY GOODMAN: Ese era Tom Homan. ¿Puede hablar más sobre quién es él? Si hacemos un seguimiento de los últimos cuatro años después de la presidencia de Trump, Homan aparece cada vez más en podcasts de derecha, podcasts antisemitas y pronazis. Son simplemente impactantes. Pero él es desafiante, incluso en la entrevista para 60 Minutes que vimos antes, al decir que la forma de mantener unidas a las familias es deportar a toda la familia, tanto a los que tienen estatus legal como a los indocumentados.

JEAN GUERRERO: Sí. Homan es el autor intelectual de la política de separación familiar y uno de los colaboradores del Proyecto 2025. Él ha dicho que nadie estará exento [de ser deportado]. Así que su nombramiento realmente muestra que la política migratoria de Trump está en marcha y sus deportaciones masivas, que son una gran parte de eso, no se van a enfocar única, o incluso principalmente, en los delincuentes. Van a enfocarse en las familias indocumentadas, en mujeres y niños que tienen sus hogares aquí, que tienen trabajos aquí.

Creo que una de las cosas más importantes que quiero subrayar es que durante el primer mandato de Trump, cuando Homan era director de ICE, lo que hicieron fue cambiar su enfoque de investigaciones serias sobre trata de personas y terrorismo a la deportación obsesiva de mujeres y niños que están en Estados Unidos sin autorización. ICE tiene dos componentes principales. Está la división ERO, que es la Oficina de Detención y Deportación, la cual se centra en la detención de familias, y luego está la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI), que se ocupa de las amenazas importantes contra la seguridad nacional. Y tal como lo describo en mi libro, HSI, la seria división de seguridad nacional, pasó a un segundo plano ante ERO, que se enfocó en operativos de detención de familias inmigrantes, que no representan una amenaza para este país y que, de hecho, son la columna vertebral de la economía de Estados Unidos y son nuestros vecinos y, en muchos casos, familiares o amigos nuestros.

Entonces, en última instancia, lo que esto muestra es que cuando miramos quiénes son estas personas, esta gente son matones. Eso es básicamente lo que son. Les gusta atacar a las personas vulnerables. Y así es como la política migratoria de Trump será implementada, ahora que sabemos que Stephen Miller va a estar a la cabeza de… será jefe adjunto de Gabinete para políticas de la Casa Blanca, y ahora que sabemos que Thomas Homan también va a estar desempeñando un papel fundamental.

AMY GOODMAN: Jean Guerrero, quiero darle las gracias por acompañarnos. Columnista de opinión de The New York Times, autora del libro “Incitador al odio: Stephen Miller, Donald Trump y la agenda del nacionalismo blanco”.

Traducido y editado por Igor Moreno Unanua e Iván Hincapié.