
Tras la aprobación en el Congreso de Estados Unidos de fondos por un monto de cerca de 45.000 millones de dólares para ampliar la capacidad de detención del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), lo que incluye el encarcelamiento de familias y menores de edad, analizamos la situación atravesada por una familia. En mayo, agentes del ICE vestidos de civil detuvieron a un niño de seis años de origen hondureño que tiene leucemia linfoblástica aguda, junto a su hermana de nueve años y su madre, cuando salían de una audiencia en la corte de inmigración en Los Ángeles. Mientras estaba detenido, el niño faltó a una cita médica clave. La familia contó que la hermana lloraba todas las noches. Frente a las crecientes denuncias por las condiciones de su detención, el día 2 de julio la familia fue liberada. “El pequeño no quiere salir de su casa. Está aterrorizado, solloza, llora y grita cuando su madre lo saca de la casa”, cuenta la abogada Elora Mukherjee, representante jurídica del niño y su familia y directora del Consultorio de Derechos de los Inmigrantes de la Facultad de Derecho de Columbia, quien añade que los niños pequeños están traumatizados tras el mes que pasaron en un centro de detención del ICE.
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