
El jueves 4 de septiembre, senadores demócratas y republicanos mantuvieron una tensa audiencia con el secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr., en la que lo interrogaron acerca de las políticas que está implementando y la desinformación sobre las vacunas que promueve. La semana pasada, Robert Kennedy Jr. despidió a la directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, lo que sumió al organismo en una crisis interna. Esta semana, más de mil personas que trabajan o trabajaron en el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos enviaron una carta al Congreso exigiendo su renuncia como secretario. “Por 20 años, Robert F. Kennedy Jr. ha sido un propagandista antivacunas, negacionista del conocimiento científico y difusor de teorías conspirativas”, dice el Dr. Paul Offit, director del Centro de Educación sobre Vacunas y médico del Hospital Infantil de Filadelfia. Offit, quien la semana pasada fue expulsado sin explicaciones del comité asesor sobre vacunas de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), señala que las políticas de Kennedy socavan la salud pública y están “provocando las muertes evitables de niñas y niños”.
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