Guantánamos flotantes: la Guardia Costera de EE.UU. usa la detención indefinida para llevar adelante una “guerra contra las drogas” en alta mar

Reportaje28 de noviembre de 2017

Un impresionante y nuevo informe revela cómo la Guardia Costera estadounidense detiene a miles de sospechosos de traficar drogas en aguas internacionales y los mantiene en la cárcel en alta mar por un periodo de varios meses, previo a acusarlos ante un tribunal federal estadounidense. Muchos de los sospechosos son traficantes de bajo nivel provenientes de pueblos pesqueros empobrecidos de América Latina. Durante su encierro en alta mar, los detenidos permanecen con grilletes en cubierta, expuestos a los elementos y se les niega comunicarse con abogados o familiares. Las crecientes detenciones empezaron cuando el general John Kelly encabezaba el Comando del Sur del Pentágono, desde el año 2012 a 2016. Kelly es actualmente jefe de personal de la Casa Blanca de Trump, luego de desempeñarse brevemente como secretario de seguridad nacional.
Para saber más de este tema, puede ver la entrevista que le hicimos a Seth Freed Wessler. Seth Freed Wessler es el periodista que dio a conocer la noticia a través de un artículo titulado “The Coast Guard’s ‘Floating Guantánamos” (Las Guantánamos flotantes de la Guardia Costera), publicado en la revista New York Times Magazine. Wessler es Colaborador Puffin del Fondo de Investigación de The Nation Institute.

Transcripción
Esta transcripción es un borrador que puede estar sujeto a cambios.

AMY GOODMAN: Somos Amy Goodman y Juan González.

JUAN GONZÁLEZ: Terminamos el programa de hoy con un nuevo informe revelador, que muestra cómo la Guardia Costera de EE.UU. detiene en aguas internacionales a miles de sospechosos de traficar drogas y los mantiene en la cárcel en alta mar, a veces por varios meses, antes de presentar una acusación en su contra ante un tribunal federal estadounidense. Muchos de los sospechosos son contrabandistas de bajo nivel provenientes de pueblos pesqueros empobrecidos de América Latina. Durante su encierro en alta mar, los detenidos permanecen engrilletados en la cubierta, expuestos a la intemperie y sin poder comunicarse con abogados ni familiares.

AMY GOODMAN: El aumento de las detenciones comenzó con el general John Kelly al mando del Comando del Sur del Pentágono, entre 2012 y 2016. Kelly es actualmente jefe de personal de la Casa Blanca de Trump, luego de haberse desempeñado brevemente como secretario de seguridad nacional. El informe, publicado en la revista The New York Times Magazine, se titula: “The Coast Guard’s ‘Floating Guantánamos” (Las Guantánamos flotantes de la Guardia Costera)

Para ampliar esta información, nos acompaña el periodista que dio a conocer esta noticia, Seth Freed Wessler, también becario de la Fundación Puffin del Fondo de Investigación de The Nation Institute. Bienvenido a Democracy Now! Seth

SETH FREED WESSLER: Gracias.

AMY GOODMAN: Guantánamos flotantes. Explícanos de qué estamos hablando.

SETH FREED WESSLER: Bueno, se ha desplegado a la Guardia Costera en medio del Océano Pacífico para interceptar drogas que se trasladan de América del Sur —Colombia y Ecuador— hacia América Central, principalmente cocaína. Y como parte de ese proceso de decomiso, cada año están deteniendo a cientos de presuntos traficantes, a quienes mantienen encadenados a bordo de los botes de la Guardia Costera con cadenas cortas y grilletes alrededor de sus tobillos. Los encadenan a las cubiertas o a los costados de los barcos y los mantienen así, a bordo de los barcos de la Guardia Costera, por semanas o meses mientras los barcos continúan su patrullaje para interceptar tráfico de drogas. Y eventualmente, los trasladan a Estados Unidos donde son llevados a juicio.

En los últimos seis años, la cantidad de detenciones de este tipo ha aumentado dramáticamente. Y aún más dramáticamente ha aumentado la cantidad de procesos penales en Estados Unidos por esta actividad, llevada a cabo en aguas internacionales, a menudo a bordo de barcos de otros países. El año pasado, 700 hombres estuvieron detenidos a bordo de estos barcos y yo me dediqué durante gran parte del año a entrevistar a muchos de estos hombres, a funcionarios de la Guardia Costera, a tratar de descubrir qué está pasando en estos barcos.

JUAN GONZÁLEZ: Bueno Seth, ¿hay una orden ejecutiva de la presidencia o cómo es que se llegó a implementar la política de permitir que la Guardia Costera actúe tan lejos de la costa de Estados Unidos?

SETH FREED WESSLER: Bueno, la Guardia Costera se ha dedicado, durante mucho tiempo, de alguna manera a la tarea de interceptar el contrabando. Es la única fuerza del ejército de EE.UU. que tiene también poderes de policía. Durante sus cientos de años de historia siempre ha realizado este tipo de trabajo de interceptar el tráfico de drogas. Y lo que cambió fue que en la década de 1980 el contrabando de drogas en aguas internacionales pasó a ser considerado delito juzgable en Estados Unidos. Y luego, en 2012, el Comando Sur y el Departamento de Defensa lanzaron un programa llamado Operación Martillo para cerrar las rutas de contrabando entre América del Sur y América Central.

JUAN GONZÁLEZ: Martillo en inglés es “hammer”.

SETH FREED WESSLER: Si, así es. Bueno, para cerrar las rutas de la zona de tránsito del contrabando. Y el mayor cambio que hubo, fue que Estados Unidos comenzó a llenar el Pacífico con barcos de la Guardia Costera y a procesar a casi todas las personas que atrapaba, en lugar de mandarles a sus países o a los países costeros de Centroamérica para su procesamiento judicial.

AMY GOODMAN: Cuéntanos acerca del hombre cuya historia relatas en tu artículo, Jhonny Arcentales. Cuéntanos cómo fue la noche que lo detuvieron, de dónde es y qué le ha sucedido.

SETH FREED WESSLER: El Sr. Arcentales es un pescador de la costa central de Ecuador. Ha sido pescador por más de 20 años. En un momento de mucha dificultad económica, tomó la decisión precipitada de aceptar un trabajo de contrabando de drogas, que consistía en llevar cocaína desde la costa norte de Ecuador hacia América Central. En ese viaje, un viaje de 1.600 kilómetros, el barco fue descubierto por un avión de la Armada de Estados Unidos que volaba desde una base en Centroamérica, fue interceptado por la Guardia Costera y su tripulación fue llevada a bordo de un barco de la Guardia Costera. Arcentales y los otros seis hombres con los que estaba contrabandeando drogas estuvieron 70 días detenidos a bordo de diferentes barcos de la Guardia Costera y de la marina estadounidense hasta que, finalmente, fueron transferidos a EE.UU. y procesados ​​penalmente allí. Mientras estuvieron a bordo de estos barcos, los mantuvieron todo el tiempo esposados, excepto por breves momentos para ir al baño, que muchas veces era un cubo en la cubierta del barco. Ellos hablan del particular terror que vivían al no saber a dónde los llevarían. No les permitieron llamar a sus familiares ni les proporcionaron abogados mientras estuvieron a bordo de estos barcos. Tampoco les permitieron contactarse con los consulados de sus países. Básicamente, sólo estaban allí detenidos.

AMY GOODMAN: ¿Sus familiares los creían muertos?

SETH FREED WESSLER: En muchos casos, sí, sus familias, sus parientes realmente creían que estaban muertos. Hablé con un guatemalteco cuya familia llegó a hacerle un funeral, pensando que había muerto. Es común que los pescadores desaparezcan en el mar. Eso es algo que sucede. Pensaron que en algún momento recibirían en el pueblo su cuerpo ahogado. En cambio, más de 70 días después, recibieron una llamada —que en el caso de Johnny Arcentales fue desde una cárcel en Florida— diciendo que lo habían llevado detenido a Estados Unidos.

JUAN GONZÁLEZ: Mencionabas que estos hombres no tuvieron acceso a ningún tipo de representación legal ni se les leyeron los derechos que los amparan ante una detención, conocidos como “derechos Miranda”, ni nada de eso. Pero está la cuestión de que si la Guardia Costera arresta personas de otros países, tiene la responsabilidad de notificar a los gobiernos de estos países sobre la detención de estos sujetos, ¿verdad?

SETH FREED WESSLER: Bueno, Estados Unidos notifica a los países a los cuales pertenecen los barcos registrados. Así que en este caso, Estados Unidos contactó a Guatemala, que era donde estaba registrado el bote donde se encontraba Johnny Arcentales. Guatemala autorizó a EE. UU. a abordar y detener a los hombres a bordo de esa lancha motora. Había siete hombres en ese grupo. Algunos eran guatemaltecos, algunos eran ecuatorianos y había un colombiano. Todos fueron llevados detenidos a Estados Unidos cuando Guatemala dio la autorización. Estados Unidos tiene acuerdos con muchísimos países de América Central y del Sur que facilitan estos procedimientos y le están permitiendo procesar anualmente a cientos de personas en los tribunales estadounidenses por una actividad que está en una especie de zona gris jurídica por realizarse en aguas internacionales.

JUAN GONZÁLEZ: ¿Y en qué tribunal de Estados Unidos los procesan?

SETH FREED WESSLER: Casi todos estos hombres son procesados en Florida, en los tribunales del Undécimo Circuito de Florida, porque los fiscales y jueces de este Circuito tienen experiencia en este tipo de juicios, ya que en Florida hay grupos especiales establecidos para lidiar con el tráfico de drogas. Y además, porque los tribunales del Noveno Circuito, que son los de California, han puesto algunas restricciones sobre qué tipo de juicios pueden tomar. Entonces, en lugar de ir por la costa oeste a San Diego, que en general sería un camino más fácil, mantienen a estos hombres detenidos a bordo de estos barcos y los llevan por el Canal de Panamá o los llevan en avión desde América Central a Florida.

AMY GOODMAN: Cómo fue la participación de John Kelly en esto, que ahora es jefe de personal del presidente Trump.

SETH FREED WESSLER: Bien, decíamos que John Kelly fue jefe del Comando Sur entre 2012 y 2016. Esto es…

AMY GOODMAN: Con Obama.

SETH FREED WESSLER: Con el gobierno de Obama. El Comando Sur se encarga de la gestión de la Guerra contra las drogas de Estados Unidos en América Latina. Y bajo su mando, la cantidad de gente detenida por la Guardia Costera —que institucionalmente depende del Departamento de seguridad nacional— la cantidad de gente detenida por la Guardia Costera creció drásticamente. Y aún más drásticamente creció la cantidad de gente procesada en esa situación. Kelly viene sosteniendo hace mucho tiempo la idea de que para mantener a EE.UU. a salvo, es necesario extender la frontera hacia afuera. Es necesario poder extender la fuerza de la ley y la actividad militar estadounidense mucho más allá de las fronteras. Y desde esa estrategia la Guardia Costera ha sido llevada a…

AMY GOODMAN: Nos quedan solo diez segundos.

SETH FREED WESSLER: …a operar aguas adentro del Pacífico, incluso a miles de kilómetros de Estados Unidos, llevando gente detenida a bordo de sus barcos, a veces durante semanas o meses.

AMY GOODMAN: ¿John Kelly expandió este programa?

SETH FREED WESSLER: Fue durante su mandato en el Comando Sur que el programa creció.

AMY GOODMAN: Tenemos que dejarlo aquí, pero continuaremos cubriendo la historia. Seth Freed Wessler, pondremos en nuestro sitio web el enlace a tu artículo de la revista The New York Times Magazine, titulado: “The Coast Guard’s ‘Floating Guantánamos” (Las Guantánamos flotantes de la Guardia Costera).

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